Hipoteca a tipo fijo frente a las variables
Interés fijo o variable. Es el gran dilema que le surge a quien va a firmar una hipoteca con el banco. Después de haber encontrado la casa deseada, o al menos aquella que puede pagarse y para la que el banco concede financiación, toca decidir si se elige un crédito en el que siempre se va a pagar lo mismo –aunque el interés en principio sea más elevado– o uno de entrada más barato pero sujeto a las oscilaciones del euríbor a un año, referencia indiscutible en las hipotecas a tipo variable.
Las hipotecas a tipo fijo ya no son un producto bancario residual, al mirar las cifras, observamos la fuerte crecida de este tipo de hipotecas, que hace tan solo unos años no superaba el 5 % y ahora alcazan ya el 40%.
Su escalada en los últimos meses hasta máximos históricos coincide con el ciclo de recuperación del mercado de la vivienda.
¿Qué tipo de hipoteca puedo solicitar?
Dependiendo del tipo de interés las hipotecas pueden ser:
- Fija: si el interés no varía durante toda la vida del préstamo.
- Variable: si el interés varía en algún momento. en la mayoría de los préstamos a interés variable se establece un plazo inicial (el primer año o los primeros seis meses) en que el interés es fijo. Tenemos que tener en cuenta que, casi siempre, ese interés del primer año es mayor que el que resultaría de aplicar el interés variable que se va a aplicar después, de modo que las primeras cuotas -del periodo de interés fijo- serían superiores a las posteriores
- Mixta: cuando el tipo de interés se mantiene fijo durante un período inicial superior a 1 año y después es variable
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